Virgen digna de Veneración

14.04.2018

Veneración es admiración, afecto, anhelo de exaltación. Movimiento del espíritu que dirige el centro del alma al corazón de la persona venerada, de la persona amada. Esto es lo que sentimos los cristianos hacía María. No la adoramos a Ella ni a sus estatuas, sino que le rendimos respeto profundo y le damos gran admiración por las obras que Dios hizo en Ella, en esto se cumple la promesa de que todos la llamarían feliz o bienaventurada.

La santidad es objeto de veneración. Si queremos conocer por que merece María el título de Venerable hemos de considerar la grandeza de su santidad. La santidad es la perfección en el amor.

La esencia de la perfección evangélica consiste en la unión con Dios. Nosotros cuando estamos unidos a Él, somos santos por Gracia. La medida de la santidad de María es su ardiente Caridad de Madre de Dios.

La gracia de Dios es la que nos hace santos, es por eso que la plenitud de la gracia confiere la plenitud de la santidad. La gracia, semilla y fruto de la santidad, hace que Dios esté en nosotros y nosotros en Dios.

María en cuanto es la única Llena de Gracia es la más venerable de todas las Criaturas de Dios.