Madre Inmaculada

23.04.2018

Inmaculada significa «La mujer pura y sin manchas», es un nombre femenino de origen latino.

Concepción es el acto de ser concebido o engendrado en el seno de una mujer. Inmaculada significa: sin mancha. Muchos piensan que cuando la Iglesia usa estos términos está refiriéndose a la pureza inmaculada de la concepción de Jesús en el seno de María.

Es cierto que Jesús no nació de la relación de María con un hombre, sino por obra del Espíritu Santo. Es lo que afirmamos en el Credo diciendo: Nació de María Virgen. Pero no es por causa de su virginidad que la Iglesia da a Nuestra Señora el título de "Inmaculada Concepción".

La concepción de la propia María en un don de Dios a María. Significa que desde el inicio de su existencia ella estuvo libre del pecado original.

La Sagrada Tradición nos enseña que toda la humanidad participa del pecado de los primeros seres humanos, que la Biblia denomina Adán y Eva. Es como una tara hereditaria que una persona transmite a todos sus descendientes.

María tiene un privilegio especialísimo, porque en el plan de Dios ha estado destinada a ser la madre de Jesucristo, el Salvador, y ha sido liberada de la mancha del pecado desde su concepción.

Jamás ha estado separada de Dios, y al tornarse consciente de su existencia, confirma con un "sí" su voluntad de pertenecer a Dios y obedecer sus mandamientos. Es esta santidad de María, llena de gracia, que la Iglesia proclama cuando habla de su Inmaculada Concepción.

Mucho habla María en sus Apariciones sobre esta Verdad, y Dogma de Fe promulgado por la Iglesia Así se define María en Lourdes: "Yo soy Inmaculada".

Madre sin mancha, expresa la limpieza de los sentidos externos. La causa de la admirable Pureza Virginal de María no es la exención en Ella del pecado original.

La primera y más eficaz razón es la Gracia de Dios, pero Ella coopera a esta gracia con todos los medios, guardando rigurosamente sus sentidos externos, sus ojos para la contemplación de todas las cosas en las que encuentra los vestigios de Dios, de la sabiduría y del poder divinos: los oídos y la boca para escuchar y para pronunciar las alabanzas de Dios. Ella hace en este mundo lo que los Ángeles hacen en el cielo y mejor aun que ellos: amar y alabar a Dios.

Analizando más lo que significa "Yo soy...", la propia Virgen María afirma en la aparición de Lourdes que Ella "es" Inmaculada, sigue llena del Espíritu Santo, y por tanto, delante de Jesús, Ella habla siempre "llena de Gracia", esto es, llena del Espíritu Santo y por tanto para Jesús, no sólo es su madre, es mucho más que eso, está llena del Espíritu Santo y por tanto es el Espíritu Santo el que habla a través de Ella.

Y precisamente por eso es María la persona que hace ponerse en marcha a Jesús en las Bodas de Caná, es María la que establece el comienzo de su vida pública y en el fondo, es Ella la que le da el empujón para dejar su propio hogar e ir directo a la Cruz, destinos sabido por ambos ya desde Simeón, donde una espada traspasaría su alma. ¿Qué Madre daría ese empujón a su hijo, acercándolo a la muerte y despegándole de Ella misma, si no es porque está llena de Espíritu y sabe que esa misión es redentora y salvífica para la humanidad? Por esto, entre otras cosas, María es además, corredentora, porque contribuye a nuestra salvación.

  • Soy la Inmaculada Concepción, la Fuente de la Misericordia.
  • Por privilegio soy inmune de cualquier pecado, incluso del pecado original, que cada uno de vosotros contrae en el momento de ser concebido.
  • He sido preservada del pecado porque, en esta humilde criatura, la Trinidad Santísima ha querido reflejar íntegramente su luminoso designio. Fui preservada del pecado, y colmada de gracia, por ser elegida para ser Madre del Verbo de Dios y destinada a daros a mi Hijo Jesús. Y mi Hijo Jesús me ha dado a cada uno de vosotros como verdadera Madre vuestra.
  • Por eso mi misión maternal para con vosotros es la de revestiros de Mí misma pureza inmaculada. Quiero sobre todo curaros del mal que tanto os ensucia: el pecado.
  • Yo soy la Inmaculada: Yo soy la Pureza. Refugiaos en mi Corazón Inmaculado. Aun cuando el ambiente en que vivís se hunda cada vez más en esta impureza, vosotros sentiréis solo mi perfume de Cielo.
  • Lavaos en esa fuente para ser cada vez más puros. Vuestra Madre Inmaculada, hijos predilectos, os cubre con su manto de Cielo y suavemente os ayuda a vivir la virtud de la pureza. Os quiero puros de mente, de Corazón, de cuerpo.
  • Soy la Inmaculada junto a vosotros: en estos momentos de vuestra purificación haré que experimentéis mi presencia de forma extraordinaria, porque es muy grande la lucha que habremos de librar contra Satanás, el pecado y el poderoso ejército del mal.
  • Cuando sea reproducida en vosotros mi propia imagen, podré daros a cada uno un Espíritu y llenaros de la plenitud de mi amor. Os revestiré con mi túnica inmaculada y os embelleceré con todas mis virtudes. De mi Corazón brota la Fuente de mi Luz, con la que quiero rodear e iluminar este mundo invadido por las tinieblas. Corred tras la estela de mi Luz Inmaculada, dejaos arrastrar por el suavísimo perfume de Mí cuerpo glorioso.