Estrella de la mañana / Aurora

28.03.2018

Las Escrituras comparan a Jesús con el Sol. Así como el Sol surge al amanecer para traer sus rayos para iluminar, y, así Jesús surge en la historia para iluminar a los que están en tinieblas, es decir, en el pecado. Ahora, es un hecho natural que antes del amanecer, existe una llamada "estrella de la mañana", "lucero del alba", "Aurora de la mañana" que anuncia la salida del sol. Este astro, que no es más que el planeta Venus, brilla con intensidad tres horas antes del amanecer.

María por tanto anuncia la llegada del verdadero Sol de Justicia. Ella surge como la Aurora, dice el libro del Cantar de los Cantares. Dijo en una ocasión el papa Inocencio, como la Aurora señala el fin de la noche y el comienzo del día, así María puso fin al pecado al dar a luz a Jesús, el Salvador.

María siempre es precursora, da aliento y fortaleza en los inicios:

María precede el Nacimiento de nuestro Redentor; su SÍ antecede al SÍ de Cristo en el Huerto de los Olivos.

María es la que anticipa la vida pública de Jesús en Caná.

Aparición de la Virgen María en Iglesia Copta Ortodoxa,Cairo,Egipto-2009

María está delante de Jesús antes de morir, se presenta ya como Madre de la Iglesia

Es la primera en creer en la Resurrección y va al Sepulcro.

María acompaña el inicio de la Iglesia, da aliento a los Apóstoles.

María será la primera que venga coronada como Reina de los Cielos con la victoria de Satanás.

  • "Yo soy la Aurora que se levanta para anunciar el Gran día del Señor".
  • "¿Por qué buscáis el presente y el futuro, buscando la señal que yo os he predicho?, Una sola es la señal que Dios da al mundo y a la Iglesia de hoy: Yo misma. Yo soy la gran señal en el Cielo: la Mujer vestida de Sol, con la luna como alfombra a sus pies y doce estrella, cual luminosa corona, alrededor de su cabeza".
  • "Es Nochebuena. La luz verdadera que ilumina a todo hombre".
  • "Está a punto de llegar el segundo nacimiento de Jesús en gloria para iluminar como estrella de la mañana el alba de los cielos nuevos y de la tierra nueva"
  • "Mi victoria consistirá en hacer que la luz vuelve a brillar sobre el mundo y sobre la Iglesia. El mundo será iluminado de nuevo porque se ofrecerá enteramente a la adoración y a la glorificación de Dios".
  • "La Iglesia volverá a brillar con la luz de la verdad".
  • "De mi corazón parte reflejados cada vez con más fuerza los rayos que provienen del Corazón de Jesús para que podáis caminar por la senda de la gracia, de la santidad, del amor, de la Misericordia, de la verdad y de la fidelidad".
  • "¿Por qué buscáis el presente y el futuro, buscando la señal que yo os he predicho?, Una sola es la señal que Dios da al mundo y a la Iglesia de hoy: Yo misma. Yo soy la gran señal en el Cielo: la Mujer vestida de Sol, con la luna como alfombra a sus pies y doce estrellas, cual luminosa corona, alrededor de su cabeza".
  • "Por esto como Aurora que surge veréis desde hoy mi luz hacerse cada vez más fuerte hasta envolver toda la tierra preparada ya para abrirse a su nuevo día que comenzará con el triunfo de mi Corazón Inmaculado en el mundo".


LA NUEVA ERA:


Hoy, hijos predilectos, contempladme en el esplendor de mi Cuerpo Glorioso, elevado a la gloria del Paraíso.

Vivid con gozo, con confianza, los últimos tiempos de este segundo Adviento, mirándome a Mí como Signo de esperanza segura y de consuelo.

La nueva era que os espera, corresponde a un particular encuentro de amor, de luz y de vida entre el Paraíso, en el cual me encuentro en perfecta bienaventuranza con los Ángeles y los Santos, y la tierra en la cual vivís vosotros, mis hijos, en medio de tantos peligros y de innumerables tribulaciones.

Es la Jerusalén Celestial, que baja del cielo a la tierra, para transformarla completamente y formar así los cielos nuevos y la tierra nueva.

La nueva era hacia la que estáis encaminados, lleva toda la creación a la glorificación perfecta de la Santísima Trinidad.

El Padre recibe su mayor gloria de cada criatura, que refleja su luz, su amor, su esplendor divino.

El Hijo instaura su Reino de gracia y de santidad, liberando a toda la creación de la esclavitud del mal y del pecado.

El Espíritu Santo se derrama en plenitud con sus santos dones, lleva a la comprensión de la Verdad íntegra y renueva la faz de la tierra.

La nueva era que Yo os anuncio, coincide con el pleno cumplimiento de la Voluntad Divina, para que se realice finalmente lo que Jesús os ha enseñado a pedir al Padre Celestial: "Hágase tu voluntad así en la tierra como en el Cielo."

Es el tiempo en el cual las criaturas cumplen el Voluntad Divina del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Por el cumplimiento perfecto de la Voluntad Divina todo el mundo es renovado, porque Dios se encuentra como en su nuevo jardín del Edén, en el cual puede vivir en compañía amorosa con sus criaturas.

La nueva era que ya está por llegar, os lleva a una plena comunión de vida con aquellos que os han precedido y que en el Paraíso gozan de la perfecta felicidad.

Ved el esplendor de las jerarquías celestiales, comunicad con los Santos del Paraíso, aliviad los sufrimientos purificadores de las almas que todavía están en el Purgatorio.

Experimentad de una manera fuerte y visible, la verdad consoladora de la Comunión de los Santos.

La nueva era que Yo os preparo, coincide con la derrota de Satanás y de su dominio universal.

Todo su poder es destruido. Es atado, con todos los espíritus malos y, encerrado en el infierno del cual no podrá salir para hacer daño en el mundo.

En éste, reina Cristo, en el esplendor de su cuerpo glorioso, y triunfa el Corazón Inmaculado de su Madre Celestial, en la luz de su cuerpo elevado a la gloria del Paraíso.

Esta fiesta mía, que os invita a mirar a vuestra Madre Celeste elevada al cielo, es para vosotros un motivo de gozo profundo y de gran confianza.

En medio de los sufrimientos innumerables de los tiempos en que vivís, me veis como signo de esperanza segura y de consuelo, porque soy la puerta luminosa que se abre sobre la nueva era que ha sido preparada para vosotros por la Santísima Trinidad.