Virgen Clemente

11.04.2018

Ella sabe que Dios quiere perdonar y pide para que Él perdone. El amor de Dios, se manifiesta en el amor al prójimo, y este a su vez en la preocupación por los demás. Así es María. Ella se preocupa de todos sus hijos, los seguidores de su hijo Jesús, en especial por los pecadores, por qué quiere que se reconcilien con Jesús y así halla gozo en el cielo.

La clemencia según Santo Tomás de Aquino es aquella virtud que templa el rigor de la justicia con la misericordia; que concede y obtiene el perdón o la disminución del castigo merecido. Comparte con la mansedumbre el cometido de poner un justo y racional freno a los ímpetus de la ira y si la mansedumbre frena el afecto interno, que es la raíz o el principio, la clemencia modera el afecto exterior.

Esta hermosa y amable virtud, prosigue Santo Tomás, nace del amor. Quien ama a una persona no quiere que ésta sea castigada.

La clemencia, resplandece en María Santísima más que en cualquier otra persona. Ella se ocupa y se preocupa de impetrar el perdón para los pecadores. Por eso la Iglesia la honra con el título de Virgen Clemente.

Nuestra Madre Santísima nos ama porque ama a Dios. El amor de Dios y el amor del prójimo son dos amores inseparables y nadie nos ama como Ella.

No hay otro amor más hermoso y más fuerte que el de María porque brota de la purísima fuente del amor de Dios.

María es clemente y Misericordiosa como así siempre lo manifiesta en todas y cada una de las Apariciones:

  • "Penitencia, penitencia, penitencia" (Fátima y Lourdes)
  • "Que sean mis palabras, aliento para el caído. Nada levanta tanto, como saberse amado por Jesucristo".
  • "¿Puede el Señor perdonar a los que se olvidan de Su existencia? Yo os digo, si hijos míos, el Señor puede por su gran misericordia. Más no abuséis de la bondad de Dios y abrazaos con fuerza a mi manto, que realmente os limpiará y os presentará puros ante el Señor."
  • "¡Cuántas almas van al infierno porque no hay quien ruegue y se sacrifique por ellas!, Hoy os digo: ¡cuántas almas podéis salvar del fuego del infierno y conducir al Paraíso si, diariamente Conmigo, rezáis y os sacrificáis por ellas!".