Claves de la Oración Conyugal

18.09.2018

Foto: Encuentro Internacional de los Equipos de Nuestra Señora en Fátima

Los esposos son dos, con sus realidades, sus vivencias, sus dones. La vida Matrimonial va madurando como va madurando la vida de los esposos. Las necesidades de los esposos varían. Los problemas de la familia varían. Los gustos de los esposos varían. La Fe de los esposos varía...

Cada uno de los esposos tiene unos dones y esa diferenciación son un regalo para el otro... pero es muy difícil aceptar esa diferenciación sin contar con Cristo.


1.- NO es lo mismo el diálogo conyugal que la Oración Conyugal

Mientras en el diálogo expresamos nuestras diferencias en ver la vida, en comportarnos, en mostrar nuestra realidad, en la Oración nos dejamos moldear por Cristo, NO sólo aceptamos las diferencias del otro sino que Dios nos va transformando a un modelo único, a un mismo Cuerpo.



En el diálogo decubrimos las diferencias del otro, pero tratamos de conseguir eliminarlas; como mucho las aceptamos y respetamos pero al mismo tiempo las singularidades de cada uno se potencian inconscientemente... "mis esquinas son mías y no me las quitas".

Ese espacio propio nos va separando, esas diferencias se van agrandando, esos dones de cada uno, que no vemos, no nos ayudan a mejorar.

En la Oración Conyugal nos ponemos en manos del Espíritu Santo, nos dejamos moldear por Él, será Cristo quien moldee nuestras esquinas a donde Él quiere, NO a donde quiere mi cónyuge ni tampoco a donde yo quiera, nos vamos dando cuenta que los dones de nuestro cónyuge que vemos como ruptura actual, poco a poco se van transformando en virtudes,   en posibilidades y oportunidades de coger nuestra Cruz e ir mejorando y avanzando hacia Dios, que no es otro que el camino del Amor:

  • Su falta de puntualidad, su orden excesivo (o su desorden) me sirve para ser paciente
  • Su religiosidad me sirve para acercarme más a Dios
  • Su carácter extrovertido me sirve para dar Amor a los demás y ser testimonio
  • Su generosidad me sirve para dar y ofrecerlo a los demás, su austeridad me sirve para planificarme mejor
  • Sus defectos son mi camino de Santidad, mi Cruz humilde, servicial, mi entrega incondicional hacia Dios, mi manera de purificarme, mi camino, sin darnos cuenta, de felicidad que Dios me regala.


2.- Claves para realizar una buena Oración Conyugal


Lo primero antes de empezar es ponerse en manos de Dios en una oración sincera. El Espíritu Santo actúa, "cuando dos o más están reunidos en mi nombre, ahí estoy en medio de ellos".

No es lo mismo tirados en un sofá que sentados en una mesa con una vela, por ejemplo, representando con esa llama al Espíritu Santo e invocándole con una oración de entrada:

Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.

V./ Envía tu Espíritu y todo será creado.
R./ Y repuebla la faz de la tierra.

Oremos:

Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo;
háznos dóciles a sus inspiraciones, para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

La oración NO es entre esposos, consiste en hablar directamente a Dios, a Jesús, a María, en presencia del cónyuge, de uno en uno, sin interrumpir, sin cortar, permitiendo silencios para que el Espíritu Santo pueda actuar.

Tras ponernos en manos del Espíritu Santo, es bueno comenzar orando a Dios, realizando un examen del día, dando gracias por algo que ha pasado, pidiendo perdón por algo que nos ha interpelado, hablando en una oración personal hacia Dios pero en presencia del cónyuge, agradeciendo por ejemplo dónde hemos visto a Dios hoy, dónde hemos sentido su presencia,...

Una vez que uno termina de hablar, puede hablar el otro tras un silencio, SIN interrupciones, sin hacer críticas, con el corazón abierto, expresando sentimientos y acogiéndolos, sin hacer correcciones hacia el otro, en esa clave de diálogo hacia Dios, no hacia el otro, pero en su presencia, en voz alta.

Diariamente para realizar la Oración Conyugal son válidas distintas propuestas:

  • Recitar el Rosario (siempre con calma...)
  • Leer el Evangelio del día con calma, una vez cada cónyuge, en voz alta, y hacer la Lectio Divina (qué me dice a mí el Evangelio en este momento concreto, qué me ha interpelado, qué debo cambiar en mi vida y cómo aplicarlo,...)
  • Compartir un texto religioso a meditar, un punto de una Encíclica, un punto del Catecismo,...
  • Se puede hacer una breve oración si no hay tiempo de manera excepcional y poner en manos de Dios el día.
  • ...

Importante tener claro varias aspectos:

  1. TODO lo que hagamos sólo tiene dos consecuencias muy distintas: o construye o destruye el Matrimonio... nosotros elegimos lo que hacer.
  2. Sin Cruz no hay Gloria. Si queremos llegar a la meta hay que perdonar, sanar, amar, ayudar, compartir, ceder,... La Carta de San Pablo a los Corintios es fundamental asimilarla en el corazón: "todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo perdona".
  3. Una buena pregunta a hacerse semanalmente es: "¿qué hago yo por mi cónyuge?"

  4. Las prisas y las interrupciones no son de Dios...
  5. Los sentimientos no son ni buenos ni malos, no se pueden juzgar, no así lo que hacemos después con ellos (la tristeza de corazón por no haber sido entendidos nace del corazón, la ira por esa tristeza que nos lleva a gritar sí se puede controlar y evitar).
  6. El Sacramento del Matrimonio es lo que es, un Sacramento, y como tal es una Gracia que Dios proporciona, tiene PODER, Dios lo cuida y lo defiende si peleamos y pedimos por esta Unión.
  7. María, como en Caná, es nuestra mejor Intercesora y Consagrarse a su Corazón y poner el Matrimonio en manos de Ella y del Sagrado Corazón de Jesús no es baladí, ayuda y mucho...
  8. La perseverancia es vital, la progresión a veces no se nota no se percibe, parece que no cala, pero día tras día Dios va haciendo progresos si nos ponemos en sus manos y pasados unos meses, unos años, si miramos para atrás, vemos a dónde nos ha llevado... ¡Grande Jesús, grande Dios, grande María cuando nos dejamos moldear!
  9.  En la medida de lo posible hay que luchar para que la Oración Conyugal sea diaria.
  10. La Oración Conyugal no es el sustituto a los Sacramentos (confesión frecuente, Eucaristía,...), acercarnos a Cristo y tener la humildad de confesaros frecuentemente, haciendo examen de conciencia, nos permite acelerar el ritmo, Jesús va tocando nuestro corazón.
  11. Fundamental, cada día se empieza amando nuevamente, es otra oportunidad para volver a Amar; sin rencores, sin acritud, olvidando y perdonando.